El problema con el suicidio juvenil en los Estados Unidos (Chanson de Roland) (página 2)
En su formulación teórica, Freud
dirigió nuestra atención a un fenómeno
extraordinario, la introyección de la rabia narcisista.
Con lo que raciocinaba que el acto suicida era en sí la
agresión homicida dirigida contra el
self.
La introyección de la rabia — concepto
elegante, como elegante sería — por más absurdo
que fuera, todo lo que Freud escribiera.
Más adelante, el psicoanalista norteamericano K.
Menninger, en su obra Man Against Himself, nos proporciona
una elaboración avanzada de la idea freudiana, cuando
propone — de manera — elegante y elocuente, lo siguiente:
Que, el suicidio envuelve
dos fuerzas. La intención de matar. Y la intención
de matarse a uno mismo.
En los años 70s R. Kastenbaum produce su libro The
Psychology of Death. Pero, aun el suicidio era cosa de
adultos y del drama o la ópera, como Hamlet nos
demuestra en Romeo y Julieta o Canio en mi
ponencia: El Payaso Triste… (Adaptación de
la ópera de R. Leoncavallo).
Pero, para mejor orientarnos en el laberinto del
entendimiento del suicidio en el joven, algo más nos
faltaba. Los pensadores que nos lo suministraron serían:
A. Freud en su contribución, Clinical Notes on
Aggression in Children, A. Haim en su Adolescent
Suicide. Y, finalmente, B. Inhelder y J. Piaget quienes
nos dieran un atisbo inicial al entendimiento
epistemológico del significado del morir en el desarrollo del
niño. La obra, The Growth of Logical Thinking
from Childhood to Adolescence.
Mientras tanto, apacible y quedamente, mientras lo
asistía su amigo íntimo Max Schur, Freud, el
investigador de la cocaína,
puso fin a sus miserias con una sobredosis de morfina.
A quienes puedan gozar de la experiencia. El lugar queda
en Berggasse 19, Viena. El lugar, el Museo de Freud.
Berggasse 19.
Hace unos veinticinco años que se reportara en la
Ciudad de San Diego los resultados de investigaciones
que se llevaran a cabo por un grupo de
psiquiatras encabezados por Charles ("Chuck") Rich de la Universidad de
California. (C. Rich, San Diego Suicide Study. Am.
Jour. Psych. 1986).
Los resultados de estas investigaciones fueron
reportados varias veces por Rich y por Houssain (de la
Universidad de Missouri) en conferencias que se celebraran en
muchos países alrededor del mundo.
Como tantas cosas que vienen y que van en la prensa
norteamericana, estos hallazgos fueron relegados al olvido
parcial. Rich, habiendo capitalizado en sus hallazgos se
había mudado a la Universidad de Alabama, donde aceptara
el cargo de Director del programa de
psiquiatría, mientras que Houssain continuaría
ofreciendo sus conocimientos a sus colegas en su nativo
Pakistán.
Pero, la tasa de la mortalidad del suicidio entre
jóvenes, cuyas edades fluctúan entre los nueve y
los quince años seguiría incrementándose de
un modo alarmante por todo el mundo.
Siguiendo el camino de la obesidad y de
las disorexias — para algunos formas de suicidio las mismas. A
esto le llamamos para-suicidios.
De acuerdo con un reportaje que apareciera el 21 de
abril pasado en el
periódico Des Moines Register, el porcentaje de
suicidios exitosos consumado por personas cuyas edades estaban
entre los diez y los catorce años creció un 120 %,
durante los últimos doce años. Esta cifra
también era igualada por el crecimiento que se reportara
en los suicidios consumados por jóvenes cuyas edades
estaban entre los quince y los diecinueve años. Los
investigadores hacían hincapié en el hecho de que
estos suicidios eran contemplados por sus víctimas muy
cuidadosamente, ya que los métodos
usados eran los que conducirían a una muerte cierta:
el uso de armas de fuego.
(Como lo hiciera Seung-Hui Cho, el asesino suicida del
Virginia Tech. Véase mi ponencia: La autoestima, la
dignidad, el
auto-respeto y
lo que arruinamos cuando los comprometemos… Que
aparece en monografías.com y en
Psikis).
En el mismo artículo, del Des Moines
Register las explicaciones ofrecidas por miembros
representantes de varias agencias gubernamentales, subrayaban,
como factores causales, la existencia en exceso de armas de fuego
en manos de todos, el abuso de las drogas, el
estrés que
sufren los niños
nacidos en nuestra generación, y los "problemas
familiares" que a muchos afectan. Falsamente los "expertos"
dimitían la posibilidad de que la depresión
pudiese estar implicada entre las causas, debido al hecho de que
(de acuerdo a ellos) "… los niños que se matan a
sí mismos son muy jóvenes para tener una historia de
depresión". A pesar de que la depresión infantil se
reconoce como una enfermedad muy común y sus
síntomas son muy floridos. (Como dijéramos en
Barcelona durante el II World Congress of Biological
Psychiatry: Depression in Children: the Proteus of
Psychiatry).
Hay varios factores que deben de ser examinados para
atentar a darle una explicación plausible a esta epidemia
de suicidios.
Primero, debe de destacarse el hecho singular, que
cuando Rich y Houssain reportaban sus hallazgos, ellos nunca
hicieron el esfuerzo a formular hipótesis ninguna para explicar la
razón por la cual este fenómeno hizo su
aparición. Ellos, simplemente sonaron la alarma para
indicarle a quienes les tocaba cuidar a los niños que
debían de prestarle mayor atención, y estar
alertas, a esta funesta posibilidad.
El hecho de que las armas de fuego estén
más disponibles en un país, no le niega a la
víctima potencial del suicidio poder hallar
otros métodos efectivos de poner fin a sus existencia
triste, o atormentada. Así que quedamos, teniendo que
tratar de identificar otros factores…
Cuando, analizando el crecimiento de la criminalidad, el
vicio y la delincuencia
en Norteamérica, un famoso sociólogo expresó
lo siguiente: "tal vez es posible que la pobreza, la
ruina de las barriadas donde viven quienes son pobres, la
disolución de los vínculos familiares, la
debilitación de nuestras instituciones,
especialmente la religión, y la
profusión excesiva del consumo de
'drogas
recreacionales', no sean responsables por estas circunstancias;
pero, yo creo firmemente, que la eliminación de estas
miserias contribuirían de modo significante a la
eliminación del crimen en nuestro país".
Quizás para nuestra juventud
la muerte no
importa. Porque es una juventud sujeta a la inmunización
en contra de las realidades de la muerte, por haberla visto con
tanta frecuencia en los programas
televisivos. Una juventud que ha sido victimizada por la manera
indiferente con la que se reproducen los horrores de las (muchas)
guerras que se
libran por toda la faz de la tierra.
Quienes observaran con deleite bizarro las vicisitudes del juicio
de O.J. Simpson; y quienes van al teatro a ver las
películas donde lo explícito y truculento se
celebra de modo comercial.
Una juventud que ha sido testigo de la disolución
de los valores de
la amistad y del
soporte de la familia.
Víctimas de los divorcios caprichosos de padres
indiferentes, quienes substituyen la psicoterapia
por su rol de ser modelos para
sus hijos… ya que al fin y al cabo esta salida es mucho
más fácil para sus propósitos. Una juventud
que ha aprendido dolorosamente a no confiar en los adultos y que
trata de escapar la lucha por la existencia usando los
métodos hedonísticos que tan fácilmente se
encuentran.
Esta es la misma juventud que está sometida al
crecimiento ininterrumpido de la población mundial y a la reducción
simultánea de los recursos
naturales — caprichos criminales de gobiernos
corruptos.
Pero, para todos quienes estudian el curso de los
trastornos depresivos, el suicidio se considera una posibilidad
en cualquier edad, comenzando en la niñez y creciendo en
su índice de manifestación con el transcurso de los
años. Por esa razón debe de considerarse como una
enfermedad fidedigna y, una que debe de ser puesta en manos
expertas para su tratamiento, antes de que ésta suceda.
(Véase mi ponencia: Depresión en niños y
adolescentes).
Lisa
A.
Lisa A. Su apellido en inglés
por coincidencia, expresa desafección extrema —
tenía quince años cuando cayó víctima
en sucesión rápida de la anorexia
restrictiva y luego de la bulimia
incontrolable. Debido a la severidad de sus síntomas y a
la presencia de un trastorno afectivo severo
("depresión"), ella tuvo que ser tratada, en varias
ocasiones, en una unidad hospitalaria especializada.
(Véase: F. Larocca: The Psychiatric Clinic of North
America Issue on Eating Disorders y F. Larocca y J.
Stern: Eating Disorders in Missouri, en Missouri
Medicine).
Cuando Lisa celebró sus dieciséis
años ese día especial, aparentó la felicidad
y la paz interior más rara que sus familiares hubiesen
contemplado en mucho tiempo. Lisa
se rió muchísimo, abrió sus regalos con
tremendo entusiasmo y se retiró después de la
medianoche para empezar otro día de celebraciones, ya que
el día de su cumpleaños cayó en un
sábado. Al día siguiente, los padres salieron a
hacer diligencias mientras ella dormía. Cuando Lisa no
apareció para el almuerzo, la mamá la fue a
despertar. Hecho imposible, porque Lisa estaba comatosa,
resultado de haber ingerido cantidades heroicas de todas las
medicinas que se encontraban en su casa.
Fue ingresada a una unidad de cuidados intensivos, donde
sus médicos temieran el peor desenlace para
ella.
En esta familia la carga
genética
depresiva era extrema: Bill, el papá, sufría de
depresiones, habiendo atentado el suicidio varias veces, Kathy,
la mamá, usaba la máscara de una sonrisa perenne
para disfrazar sus tristezas, y Joey (el único
varón entre los cinco hijos) había mejorado
enormemente con el uso de medicinas para el tratamiento de la
depresión de la cual él también
padecía. (Véase El Payaso, arriba
citado).
Para rescatar a Lisa de las garras de una muerte cierta,
esta joven estuvo en el servicio de
cuidado intensivo del hospital por unas tres semanas durante los
cuales permaneció comatosa. Pero restaurarle el deseo de
vivir… tomó cinco años más. Lisa vive,
tiene 33 años y (dice que) no tiene intención de
volver a tratar de quitarse la vida — Nosotros le
creemos.
Ah, omití dos hechos que son relevantes, Bill
trató de suicidarse cuando era seminarista y Lisa era una
católica devota.
Del bosquejo ofrecido en la presentación de este
cuadro clínico, se puede bien colegir que el suicidio
juvenil en los Estados Unidos no puede ser explicado con teorías
infundadas; y que nos resultaría mucho más
útil estudiar la fenomenología de este acto tan extremo,
desde puntos de vistas variados, ya que las razones que facilitan
esta decisión son muy dispares.
Pero, porque el suicidio, también es un acto
imbuido con elementos culturales (de honor), de venganza (para
herir a otros), de escapismo (para, como hacen algunos banqueros)
no enfrentar a quienes arruinaran, o de otros matices sociales;
no es propio tratar de explicarlo a través de todas las
culturas, edades y condiciones humanas, como si su significado
fuera idéntico y universal.
Por esa razón el suicidio infantil, no es el
suicidio de un adulto mirado con el lente objetivo del
telescopio. No, los niños no son miniaturas de
adultos.
Entre los recursos
más útiles que están a nuestra
disposición, la educación y el
apoyo mutuo son indispensables.
Mientras tanto, tratemos de prevenirlo — ya que es muy
duro ser testigos de la muerte prematura de un ser
humano.
Para concluir esta lección aquí ofrecemos
una perspectiva general de la terapia con las edades más
jóvenes
Psicoterapia para niños y
adolescentes
Dr. Félix E. F. Larocca
La psicoterapia es una forma de tratamiento que puede
ayudar a los niños y a las familias a entender y resolver
problemas, modificar el comportamiento
y a hacer cambios positivos en sus vidas. Hay varias clases de
métodos las cuales requieren diferentes formas de abordar
los pacientes, técnicas e
intervenciones. En ciertos momentos, una combinación de
las diferentes formas de suministrar la terapia puede ser de
ayuda. En algunos casos la combinación de medicamentos con
la terapia hablada puede tener mayor efectividad.
Diferentes Clases de psicoterapia:
- La Terapia de Comportamiento Cognoscitiva (TCC) ayuda
a mejorar el humor y comportamiento del niño mediante el
examen de los patrones confusos y distorsionados de pensar.
Durante TCC el niño aprende que los pensamientos causan
sensaciones y respuestas emotivas que pueden influenciar el
comportamiento. Por ejemplo, si un niño experimenta
ansiedades extremas o muestra
comportamientos problemáticos, el terapeuta trabaja para
establecer las bases de la forma de pensar que los está
causando. El terapeuta entonces ayuda al niño a
modificar esa forma de pensar con actitudes
que resulten en sensaciones y comportamientos más
apropiados. Las investigaciones demuestran que TCC puede ser
complemento efectivo en el tratamiento de la depresión y
ansiedad. - La Terapia de Comportamiento Dialéctico (TCD)
puede usarse para tratar a los adolescentes
mayores que tienen sensaciones o pensamientos suicidas
crónicos, que se auto-mutilan intencionalmente o sufren
del debatible Desorden de Personalidad
Marginal ("Borderline"). TCD enfatiza que el paciente
debe asumir responsabilidad por sus propios conflictos y
ayuda a la persona a
examinar cómo mejorar sus dificultades y respuestas
negativas. Ello a menudo requiere una combinación de
terapias de grupo e individuales. - La Terapia Familiar se enfoca en ayudar a la familia
a funcionar de manera más positiva y constructiva al
explorar los patrones de comunicación y proveer apoyo y educación. Las sesiones de terapia
familiar pueden incluir al niño/adolescente junto a
padres, hermanos y otros miembros de la familia involucrada. La
terapia de parejas es un tipo específico de terapia
familiar que se enfoca en la
comunicación e interacción de la pareja (Ej.: padres que
tienen problemas en el matrimonio). - La Terapia de Grupo usa el poder de la dinámica del grupo y la
interacción entre los pares para aumentar el
entendimiento y mejorar las destrezas sociales. Hay muchas
diferentes clases de terapia de grupo (Ej.:
psicodinámica, de destrezas sociales, de abuso de
substancias, multi-familiares, apoyo a los padres, de
codependencias y otras nuevas que surgen cada
día). - La Terapia Interpersonal (TIP) es un tratamiento
breve desarrollado específicamente para el tratamiento
de la depresión. Las metas de TIP son mejorar el
funcionamiento interpersonal al disminuir los síntomas
de depresión. Se aplica con mayor frecuencia, ya que las
compañías de seguros
médicos prefieren cualquier metodología que les economice gastos, aunque
no resulte siendo lo que sea preferible para el individuo. - La Terapia de Juego
envuelve el uso de juguetes,
bloques, muñecas, marionetas, dibujos y
otros materiales
similares para a ayudar al niño muy joven a reconocer,
identificar y verbalizar los sentimientos. El psicoterapeuta
observa cómo el niño usa los materiales
presentados e identifica temas o patrones para entender los
problemas del paciente. Mediante una combinación de
hablar y jugar, el niño tiene la oportunidad de entender
mejor, expresar y disminuir la intensidad de sus conflictos,
sentimientos y comportamientos mal adaptivos. - La psicoterapia psicodinámica, basada en el
psicoanálisis freudiano enfatiza el
entendimiento de los conflictos inconscientes que motivan e
influencian el comportamiento, los pensamientos y las
sensaciones del joven. Ello puede ayudar a identificar los
patrones de comportamiento típicos del niño, las
defensas y respuestas a los conflictos y luchas internas. El
psicoanálisis es una forma especializada, más
intensa de psicoterapia psicodinámica que generalmente
envuelve varias sesiones por semana. Las psicoterapias
psicodinámicas se basan en la investigación de lo reprimido y
sintomático, para por medio de la transferencia lograr
la cura final.
Un ejemplo de cómo psicoterapia de la variedad
TIP, puede ser usada con eficacia. Este es
el caso de una adolescente joven, cuyo padre castigara
físicamente golpeándola con una correa
dejándole huellas cutáneas de su salvajismo, y que
más adelante la arroja a la calle en la soledad de la
noche, abandonándola a su suerte, para castigar una
infracción leve.
Varias sesiones con esta paciente redujeron el temor y
el terror persistente de que sufriera. Tan "efectivo" fue este
tratamiento que la paciente, en una gesta edípica
victoriosa atentaría más tarde la
destrucción moral de la
madre para satisfacer al padre narcisista. La indicación
sería en este caso por una terapia profunda.
La psicoterapia psicodinámica intensiva se
utiliza con efectividad en los casos de PPD, como es el
Síndrome de Asperger, asimismo como se aplica en el
control de los
comportamientos fóbicos y depresivos y en todas las
enfermedades del
comer.
La psicoterapia psicoanalítica es de mucha
aplicación clínica en casos donde los adolescentes
cuya edad psicológica se adelante a la cronológica
conduciendo a la llamada "Rebelión de la Adolescencia".
En resumen
La psicoterapia no es panacea o respuesta fácil.
Es un proceso
complejo y rico que puede reducir los síntomas, proveer
intuición y mejorar el funcionamiento y la calidad de
vida del niño o adolescente. Los psiquiatras de
niños y adolescentes están entrenados en las
diferentes formas de psicoterapia y, si es lo indicado, pueden
combinar esas formas de tratamiento con medicamentos para aliviar
los problemas emocionales y/o de comportamiento del niño o
adolescente.
Mientras hayan conflictos, aun en los casos de las
dependencias, la verdad persevera que: "Nuestros pacientes
siempre sufren de los efectos dinámicos de sus memorias
reprimidas". Por ello el drogadicto estará, siempre, en
estado de
recuperación.
Bibliografía
Suministrada por solicitud.
Dr. Félix E. F. Larocca
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